martes, 20 de septiembre de 2011

Number 2

Lo conocí de casualidad, estaba entre la gente fumando. Yo le sonreí y le pedí fuego. No hablamos nada mas que eso en todo un mes. Nos cruzábamos en el colegio, en la calle, en la casa de un amigo en común pero no había mucha conversación. 
Yo ya había vuelto de mi viaje de egresados y tenía una fama considerable dentro del colegio. Al flaco parecía no importarle, con el paso de los años me enteré que ni siquiera sabía quien era yo en ese entonces. 
Un día me decidí y llamé al amigo en común que teníamos para decirle que tanteara el terreno entre ambos. La respuesta no se hizo esperar, fue un No rotundo. Y yo obviamente que no me resigné. Tranquilita y con una paciencia sobre humana perseguí hasta que conseguí que un día entre la oscuridad de un pasillo de Elsieland nos besáramos. Me costó bastante, a él era claro que no le interesaba pero los chicos a los 17 años no son muy exquisitos que digamos. 
Por un tiempo las cosas fueron relativamente simples, nos veíamos en los mismos lugares y si todo estaba bien, o sea si el menú no ofrecía algo mejor, nos besábamos de lo lindo. 
Después de un largo tiempo llegó la propuesta de avanzar al siguiente nivel lo que no me convencía demasiado, la experiencia anterior había sido demasiado extraña y me había dejado con una sensación de abandono gigante por la que me cuestionaba si valía la pena seguir intentándolo con otra persona. 
Al final dejé todo a la suerte, si el tipo aprobaba una materia en diciembre yo aflojaba y si no aprobaba por lo menos tenía un par de meses mas para pensarlo. Se esmeró con el estudio y bueno, aprobó. Ese mismo día acordamos que en cuanto pudiéramos estar solos en algún lado la apuesta sería pagada. 
Fue muy extraño y obviamente, con dos personas inexpertas de por medio, las cosas nunca pueden salir bien. Me vestí, se vistió y nos quedamos hablando un rato. Hacia un tiempo ya que hablábamos de todo y durante horas. Nos saludamos y me fui con la idea de que eso era todo. 
Recibí un llamado después de un par de días para contarme que nuestro amigo se iba de vacaciones y la casa quedaba sola así que podíamos pasar por ahí cuando quisiéramos ya que él tenia las llaves. En seguida dije que si. Las cosas al fin iban hacia donde yo quería que fueran. Yo me estaba enamorando de tal manera que no lo podía controlar. 
Ahí fue cuando me di cuenta los serios problemas que tengo con respecto a las decepciones y los abandonos, es como que despiertan una parte de mi que la mayoría del tiempo esta como dormida. Soy muy ansiosa y depresiva, tengo los dos extremos a la vez y me enrosco en cosas que no debería. No se si existe un termino medico para lo que soy yo, pero después de muchos años me di cuenta que con las pastillas para la ansiedad que me dan estoy mucho mas centrada y menos compulsiva. A veces me gustaría que me dijeran que soy bipolar solo para saber que es lo que tengo y que es lo que me hace ser así. Ojo, yo se que gracias a la terapia ahora lo tengo bastante controlado pero me hubiera gustado no haber sido tan negada al respecto y quizás me hubiera ido mejor con las relaciones. 
Volviendo al tema. Yo me estaba enloqueciendo de amor y él no. A él lo estaba enloqueciendo yo, pero como no eramos tan maduros en esa época ninguno de los dos le prestó atención al tema y seguimos haciendo lo que hacíamos, por un año mas.
Llegó la época del viaje a Bariloche de él. Y como buena chica fui a saludarlo y hasta le regalé una caja de preservativos para que se divierta en el viaje. Si yo no era la novia no me importaba por fuera, por dentro me estaba muriendo de la bronca. 
Lo que nunca me imaginé es que él iba a volver enamorad y si hay algo de lo que estoy segura es que con la calentura uno puede lidiar y es cuestión de esperar para que se le pase, pero con el amor no se puede. 

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