F me encantaba, era el típico bad boy que hacía cosas que no debía, tocaba en una banda e histeriqueaba con cuanta mina se le cruce. Y a mi obviamente me enloquecía. Como era común en el momento, el tipo no quería saber nada con compromisos y noviazgos. Escuchar esa promesa de amor eterno, que fue mas por el alcohol y la calentura, hizo que mi cabeza diera mil vueltas y me decidiera a entregarme.
No fue lo que todo el mundo sueña, bah, por lo menos lo que soñaban las chicas de mi escuela. Fue más un "si vos querés nos vamos ya de acá, total estamos solos y lejos de casa". El alcohol me dió la valentía de decir " bueno, dale". Obviamente que en ese momento las cosas sonaban un poco distintas. Del "nos vamos de acá" la tipa había escuchado un "te amo y quiero casarme con vos" entonces lo lógico era entregarse.
Y me entregué en una vieja habitación de hotel estudiantil, en uno de esos pocos momentos en que los compañeros no estaban. La situación había durado, no se, una media hora más o menos. Me levanté medio dolorida, me vestí y se fue.
El resto del viaje no me habló, me evitó como si yo hubiera sido una enfermedad peligrosa. Y por el resto del año escolar solo obtuve silencio.
Dos o tres años después me llamó. Yo estaba saliendo de una relación que no tenía ni pies ni cabeza y su aparición me vino como anillo al dedo para pensar en otra cosa (en otro tipo, más que nada). Nos cruzamos en su casa que convenientemente estaba vacía. Todo pintaba como un revivamos bariloche pero terminó siendo una charla en donde me confesó que su silencio se debía a que el tenía pareja en ese momento y que se había sentido mal por lo que había hecho. Y yo, por dentro pensaba que poco me valoraste porque te entregué mi virginidad y a vos lo único que te importó es que te sentías mal por cornear a tu novia. Acto seguido la conversación quedó terminada y yo, con mi dignidad intacta (medio machucada, nada mas) me fui de vuelta a casa.
Muchos años después, y gracias a los avances tecnológicos, apareció de nuevo.Largas conversaciones vía chat en donde se recordaron cosas viejas y se pidieron disculpas por los maltratos sufridos. Todo con la excusa de era un chico y no sabía lo que hacía. Y cuando yo empecé a pensar que bueno que la gente madura me salió con un "como cornearía a mi mujer con vos". Todo bien, pero no, gracias, ya se como termina todo.
MaY