Nunca pensé en que todo iba a terminar así. Acostada en la bañera, rodeada por un charco de mi propia sangre que brota lentamente de mis muñecas. Los últimos momentos de mi vida, de esta vida que por años no quise y que ahora es tarde para apreciar.
¿Cómo llegué a esto? ¿Cómo, de un segundo a otro, terminé haciendo lo que hice y esperando el final? No sé. No me acuerdo. Estoy débil para pensar algo tan profundo. Mi cabeza da vueltas y mi mirada sigue fija en mis muñecas, en las aberturas por las que se escapa mi vida. Se va corriendo, lejos de mi y no puedo alcanzarla. No sé si quiero tampoco. No quiero pen-sar, no quiero acordarme de nada, pero mi cerebro me juega la ultima mala pasada. Por Dios, hace años que no pensaba en él. No me había dado cuenta de cuanto tiempo había pasado. Esa figura borrosa se hace cada vez más nítida en mi mente, esa situación reaparece en mi cabeza como si el tiempo no hubiese pasado.
- Te extrañé, ¿sabias?
- Yo no. Ni un poquito.
- Esta bien, como quieras. Seguí mintiéndote, capaz que en algún momento te lo empezás a creer.
- ¿A que viniste? Yo estoy demasiado ocupada para aguantarme tus idioteces.
- Vine a verte.
- ¿A mi o a tu mujer? Porque que yo sepa, todavía sigue siendo tu mujer.
- Ya te expliqué como son las cosas. Vos nunca entendés nada.
- ¿Yo? ¿Qué es lo que no entiendo? Que me querés, pero a ella la querés más. Que ella llora y vos corrés atrás como un tonto. Que hace tanto que están juntos que te da pena dejarla. No me mientas más, conozco todas tus excusas.
- No seas tonta.¿Por qué volvés siempre con lo mismo?. ¿Cuántas veces te dije como son las cosas?
- Tonta sería si te creyera. ¿Cuánto hace que te separaste? Una semana como mucho.
- Hace dos meses. No quise buscarte antes porque no quiero seguir lastimándote.
- Llegaste tarde, muy tarde.
- Nunca es tarde. Vos me lo dijiste. Estoy haciendo lo que tenía que haber hecho hace mucho.
- Ya no sirve. Yo ya no quiero esto. Ya no te quiero, ¿no te das cuenta?
- Vos me querés, no te mientas.
- No, ya no. Dejé de quererte hace mucho.
Se acercó para besarme, lo empujé y se fue.
No puedo creer que en estos momentos finales, mi mente quiera que lo recuerde. Será un mal karma que tengo. Es por haberme enamorado de la persona equivocada, que ahora todo esto me persigue y no me deja vivir mis últimos momentos en paz. Busco entre lo poco racional que queda de mi cerebro una razón, una excusa para evitar pensar en él. Sigo mirando mis muñecas, la sangre fluye como si estuviera huyendo de mi. Gotas de agua caen sobre los de-dos de mis pies. Parecen lágrimas. Alguien debería llorar por mi, alguien quizás me extrañe cuando ya no este acá. ¿Alguien me encontrará?.
¿Por qué mi cabeza no para de pensar ¿Por qué aparecen cosas que no quiero recordar, que torturan mi conciencia. Parece que Dios quiere que pida perdón por todo antes de dejarme morir, no sé. No tengo fuerzas para levantarme de donde estoy, no puedo salir corriendo a pedirle perdón.
Nada me duele tanto como el recuerdo borroso de aquel momento, ya hace muchos años que pasó y ahora aparece entremezclado con otras cosas. Mi mente no tiene mucha nitidez al tratar de rememorar la situación. Son como flashes. Puerto Madero hace veinte años. El y yo caminando mientras comíamos pochoclos. Yo tenía mi uniforme del colegio y el llevaba carpetas en la mano. Las calles vacías, el mundo detenido mientras pasábamos. Sentados en un banco mirando al río contenido en los diques. Las luces que se encienden. Una farola que nos ilumina. Una mirada fugaz pero llena de sentimientos. Un beso, el beso más dulce y tierno que marcaba el comienzo de una relación. “¿Por qué tenías que dejarme?”. La frase retumba en mis oídos. “¿Por qué me haces esto? No ves que yo te quiero”. Las respuestas no salían de mi boca. Intentaba explicar y no podía.
Ya no me acuerdo mucho, me siento muy débil. La vista se me pone borrosa y cierro los ojos para no darme cuenta que están pasando los últimos minutos. Los recuerdos ya no tienen sentido, son solo frases, caras, lugares.
Mar del Plata. La habitación de un hotel. Una carta. Un relación prohibida que sale a la luz. Un amor condenado al dolor. Miles de lagrimas. Excusas que no llevan a ninguna parte. Golpes a un cuerpo que ya no quiere más y gritos, las mismas frases de siempre pero mucho mas fuertes. Un jarrón que se rompe, los pedazos alcanzan mi mejilla. Gotas de sangre, las mismas que ahora caen de mi. Un beso para pedir perdón. “No lo voy a hacer más, perdóname Quiero que lo nuestro funcione”. Mas golpes, salir corriendo no era una opción. Pedir perdón y rogar que todo vuelva a ser como antes era la única salida.
La vida se me escapa... ya no la siento. Abro los ojos por ultima vez, quiero ver el mundo que estoy dejando. El me esta mirando, estamos esperando el mismo momento. Solo una frase queda en mi cabeza... “Algún día vas a aparecer tirada en la bañera con las venas cortadas y todos van a creer que te suicidaste"....
La vida de MaY
lunes, 17 de diciembre de 2012
domingo, 16 de diciembre de 2012
Remember me?
Siempre creo que te acordás de mi.
No entra en mi cabeza como podés amar a alguien y de un momento a otro hacer de cuenta que no existe mas, que eso que antes iluminaba tus dias ahora no existe mas.
Te acordas de mi alguna vez?
No.
Si fuera asi, si te acordaras de mi, te darias cuenta lo mucho que duele no saber si alguien esta bien, si alguien te necesita, si no puedo respirar si no estas aca...
I just miss U
////
miércoles, 1 de febrero de 2012
No me des más besos si no te vas a enamorar de mí
"Las anecdotas son escencialmente verdaderas porque son inventadas, porque se las inventa pieza por pieza, para ajustarlas exactamente a un individuo" E. Sabato, "Sobre héroes y tumbas".
Pablo murió hace unos casi cinco años ya. A veces pretendo que no pasó, que esta de viaje o de guardia, o yendo a la cancha a ver al Rojo. Lo único que se realmente es que lo extraño todos los días.
Tenía los ojos celestes mas lindos del mundo y siempre decía que los míos eran verdes. Son marrones claros pero para el chamuyero más chamuyero de la historia eran verdes.
Lo conocí de casualidad, en un chat. Tenía un nick gracioso y me llamó la atención. Empezamos a hablar de mil cosas, el poniendo toda su capacidad de chamuyo y yo descostillandome de la risa. Nos pasamos los MSN y a partir de ahí empezamos a hablar todos los días.
Yo estaba leyendo "Sobre héroes y tumbas" de Sabato y él, que los había leído todos, me decía a que cosas tenia que prestarle atención y me recomendaba otras cosas para leer. Me gustaba que me hablara de libros, de medicina, de los viajes, de la vida y de todas las cosas que él sabía y yo no.
Un día, hace mucho tiempo ya, me dijo que deberíamos encontrarnos porque se le cansaban los dedos de teclear todo el tiempo. Yo le dije "Ok, a donde nos vemos?". Parque Lezama, en donde están las estatuas, me contestó.
Dos días después ahí estaba yo, esperando como Penelope, cuando de repente se aparece un flaco muy alto, rubio, de pelo desprolijamente peinado y con un dálmata con correa.
"Vos sos Maria no?". Fue el principio de una larga conversación que duró unas doce horas más o menos. Tres horas de charla en el parque, con el flaco haciendo de guía turístico y literario. Mezclaba cuestiones turísticas con cosas que eran del libro de Sabato, chistes de todo tipo y risas por montones.
Caminamos por San Telmo, Plaza Dorrego y Puerto Madero de punta a punta, y Pablito haciendo de guía turistico, histórico y literario. Dejamos al pobre perro en su casa, que era cerca de Lezama ya que la caminata iba a ser larga y no era justo para el pobre perro tener que soportar las ocurrencias de dos locos.
En un momento de la noche nos sentamos en un banco desde el que se ve la mejor parte de Puerto Madero, es el paisaje perfecto. Ahí fue donde escuché la primera vez que tenía los ojos verdes, a lo que simplemente contesté con un risotada gigante.
Sentados en ese banco pasamos dos horas hablando de la vida, para darnos cuenta que ya eran las once de la noche y que los colectivos para volver a Quilmes solo pasaban por una hora más. No habiamos comido y en las voces se sentía el cansancio de la charla. Yo no sabía si esto se repetiría, pero me sentía tan comoda y feliz que no me importaba.
.... mañana sigo, tengo sueño.
Pablo murió hace unos casi cinco años ya. A veces pretendo que no pasó, que esta de viaje o de guardia, o yendo a la cancha a ver al Rojo. Lo único que se realmente es que lo extraño todos los días.
Tenía los ojos celestes mas lindos del mundo y siempre decía que los míos eran verdes. Son marrones claros pero para el chamuyero más chamuyero de la historia eran verdes.
Lo conocí de casualidad, en un chat. Tenía un nick gracioso y me llamó la atención. Empezamos a hablar de mil cosas, el poniendo toda su capacidad de chamuyo y yo descostillandome de la risa. Nos pasamos los MSN y a partir de ahí empezamos a hablar todos los días.
Yo estaba leyendo "Sobre héroes y tumbas" de Sabato y él, que los había leído todos, me decía a que cosas tenia que prestarle atención y me recomendaba otras cosas para leer. Me gustaba que me hablara de libros, de medicina, de los viajes, de la vida y de todas las cosas que él sabía y yo no.
Un día, hace mucho tiempo ya, me dijo que deberíamos encontrarnos porque se le cansaban los dedos de teclear todo el tiempo. Yo le dije "Ok, a donde nos vemos?". Parque Lezama, en donde están las estatuas, me contestó.
Dos días después ahí estaba yo, esperando como Penelope, cuando de repente se aparece un flaco muy alto, rubio, de pelo desprolijamente peinado y con un dálmata con correa.
"Vos sos Maria no?". Fue el principio de una larga conversación que duró unas doce horas más o menos. Tres horas de charla en el parque, con el flaco haciendo de guía turístico y literario. Mezclaba cuestiones turísticas con cosas que eran del libro de Sabato, chistes de todo tipo y risas por montones.
Caminamos por San Telmo, Plaza Dorrego y Puerto Madero de punta a punta, y Pablito haciendo de guía turistico, histórico y literario. Dejamos al pobre perro en su casa, que era cerca de Lezama ya que la caminata iba a ser larga y no era justo para el pobre perro tener que soportar las ocurrencias de dos locos.
En un momento de la noche nos sentamos en un banco desde el que se ve la mejor parte de Puerto Madero, es el paisaje perfecto. Ahí fue donde escuché la primera vez que tenía los ojos verdes, a lo que simplemente contesté con un risotada gigante.
Sentados en ese banco pasamos dos horas hablando de la vida, para darnos cuenta que ya eran las once de la noche y que los colectivos para volver a Quilmes solo pasaban por una hora más. No habiamos comido y en las voces se sentía el cansancio de la charla. Yo no sabía si esto se repetiría, pero me sentía tan comoda y feliz que no me importaba.
.... mañana sigo, tengo sueño.
domingo, 18 de diciembre de 2011
Fantasilandia, un buen lugar para vivir...
Vivir encerrada no es facil. Cuando la prision esta dentro de tu mente es mucho peor, no podés escapar nunca de ahi. Los dias pasan lentamente como en una especie de Matrix en donde estas conectado a algo sin lo cual no podés vivir.
Asi pasaban mis dias ahi adentro. Vivia esperando algo que no estaba segura que ocurriera. Esperaba estar mejor, ver a Max y que todo se acomodara de nuevo. Trataba de no enloquecerme pero me parecía más a Jack Nicholson en Atrapado sin salida que a una nueva y mejorada versión de mi.
Esperé a Max como una señal de que la salvación estaba cerca pero no llegaba. Miraba la puerta de mi habitación como un zombie, buscando que llegara y no llegaba. La decepción del engaño me inundaba, sentía que él había armado un gran personaje para sacarse a su amada loca de encima. Me sentía atrapada entre mi mente y cuatro paredes que me recordaban lo desequilibrada que estaba.
No tenía muchas visitas, mi hermana y mi amiga mas que nada y mis padres muy de vez en cuando. No quería verlos, sentía que los había decepcionado pero también ellos a mi. Sentía que quienes debían haberme cuidado no lo habían hecho y mi tendencia auto destructiva al fin había logrado ganarme.
Tres semanas después las cosas empezaron a mejorar, una nueva terapeuta apareció en el Instituto. No era como ninguna de las anteriores. No tenía ese discursito de "todo va a estar bien" sino que hablaba de otras cosas de que el cambio quizás a veces no es "volverte normal" sino aceptar lo que uno decide es lo que uno es y que no se pueden cambiar algunas cosas, solo se puede tratar de mejorar lo que ya está y capaz que si tenemos suerte tendremos nuestro final feliz.
Yo no quería imaginarme la idea de que iba a tener un final feliz porque estaba demasiado acostumbrada a decepcionarme y "es mejor la sorpresa que la decepción".
Había pasado un tiempo y todavía no existía una fecha definida para que me dejaran salir. Se suponía que iban a ser dos semanas pero mi estancia era cada vez mas larga. Cada día que pasaba pensaba que me estaba volviendo mas loca porque nunca escuchaba que me dijeran que me iban a dejar ir. Sería que mis viejos tenían razón y la internación no me estaba haciendo bien, será que esto iba a terminar bien?. Debería dejar de pensar tanto.
También pensaba en Max y en su abandono, su desaparición de mi vida. Donde estaría? Porque no viene a verme?.
En una de las visitas de mi hermana le pregunté si sabía algo de él. Por lo menos que me dijera o averiguara si estaba bien. Me miró y me dijo "Esta en Europa. Hace dos meses que se fue." Yo solo atiné a preguntarle si alguna vez había preguntado por mí. "No se" me dijo "yo le escribo siempre que puedo contándole de vos pero no tuve respuesta".
Lo que suponía en ese momento se convirtió en realidad. Desapareció. Me mintió diciéndome que todo estaba bien y me abandonó en este lugar. Y ahora que voy a hacer? Como voy a sobrevivir sin él?.
"Vas a empezar de nuevo y listo" me dijo la terapeuta "Nadie se muere de amor". Tenía que empezar de nuevo, hacerme mas fuerte y aprender de mis errores.
A partir de ese momento, de esa revelación fundamental, las cosas empezaron a cambiar. Y a casi cinco meses de la gran crisis, me dieron de alta.
Un nuevo mundo me esperaba. Saludé a la gente que había estado conmigo durante todo este tiempo, junté mis cosas y crucé la puerta de entrada buscando llevarme el mundo por delante. A medida que caminaba divisé una figura esperándome junto a mi hermana, una sensación extraña cruzó por mi mente y un escalofrío recorrió mi columna como una señal de miedo. Era él. Max estaba ahí sonriendo como la primera vez que nos vimos.
Asi pasaban mis dias ahi adentro. Vivia esperando algo que no estaba segura que ocurriera. Esperaba estar mejor, ver a Max y que todo se acomodara de nuevo. Trataba de no enloquecerme pero me parecía más a Jack Nicholson en Atrapado sin salida que a una nueva y mejorada versión de mi.
Esperé a Max como una señal de que la salvación estaba cerca pero no llegaba. Miraba la puerta de mi habitación como un zombie, buscando que llegara y no llegaba. La decepción del engaño me inundaba, sentía que él había armado un gran personaje para sacarse a su amada loca de encima. Me sentía atrapada entre mi mente y cuatro paredes que me recordaban lo desequilibrada que estaba.
No tenía muchas visitas, mi hermana y mi amiga mas que nada y mis padres muy de vez en cuando. No quería verlos, sentía que los había decepcionado pero también ellos a mi. Sentía que quienes debían haberme cuidado no lo habían hecho y mi tendencia auto destructiva al fin había logrado ganarme.
Tres semanas después las cosas empezaron a mejorar, una nueva terapeuta apareció en el Instituto. No era como ninguna de las anteriores. No tenía ese discursito de "todo va a estar bien" sino que hablaba de otras cosas de que el cambio quizás a veces no es "volverte normal" sino aceptar lo que uno decide es lo que uno es y que no se pueden cambiar algunas cosas, solo se puede tratar de mejorar lo que ya está y capaz que si tenemos suerte tendremos nuestro final feliz.
Yo no quería imaginarme la idea de que iba a tener un final feliz porque estaba demasiado acostumbrada a decepcionarme y "es mejor la sorpresa que la decepción".
Había pasado un tiempo y todavía no existía una fecha definida para que me dejaran salir. Se suponía que iban a ser dos semanas pero mi estancia era cada vez mas larga. Cada día que pasaba pensaba que me estaba volviendo mas loca porque nunca escuchaba que me dijeran que me iban a dejar ir. Sería que mis viejos tenían razón y la internación no me estaba haciendo bien, será que esto iba a terminar bien?. Debería dejar de pensar tanto.
También pensaba en Max y en su abandono, su desaparición de mi vida. Donde estaría? Porque no viene a verme?.
En una de las visitas de mi hermana le pregunté si sabía algo de él. Por lo menos que me dijera o averiguara si estaba bien. Me miró y me dijo "Esta en Europa. Hace dos meses que se fue." Yo solo atiné a preguntarle si alguna vez había preguntado por mí. "No se" me dijo "yo le escribo siempre que puedo contándole de vos pero no tuve respuesta".
Lo que suponía en ese momento se convirtió en realidad. Desapareció. Me mintió diciéndome que todo estaba bien y me abandonó en este lugar. Y ahora que voy a hacer? Como voy a sobrevivir sin él?.
"Vas a empezar de nuevo y listo" me dijo la terapeuta "Nadie se muere de amor". Tenía que empezar de nuevo, hacerme mas fuerte y aprender de mis errores.
A partir de ese momento, de esa revelación fundamental, las cosas empezaron a cambiar. Y a casi cinco meses de la gran crisis, me dieron de alta.
Un nuevo mundo me esperaba. Saludé a la gente que había estado conmigo durante todo este tiempo, junté mis cosas y crucé la puerta de entrada buscando llevarme el mundo por delante. A medida que caminaba divisé una figura esperándome junto a mi hermana, una sensación extraña cruzó por mi mente y un escalofrío recorrió mi columna como una señal de miedo. Era él. Max estaba ahí sonriendo como la primera vez que nos vimos.
domingo, 4 de diciembre de 2011
La vida en Fantasilandia 1
Las cosas cambiaron después de la gran pelea gran. El corte en mi brazo fue una llamada de atención para Max, sabía que yo necesitaba ayuda, que no me podía dejar sola, porque no era yo. Nunca llamó a mi familia, nunca me volví a Quilmes, solo me senté en nuestra cama mientras el me traía un vaso de Pepsi, vendas y alcohol en gel para curar la herida. Se sentó a mi lado y me habló como nunca antes lo había hecho, me contó la historia que ya sabía de su mamá, la de la locura. Me tranquilizó saber que no estaba sola, que lo que me estaba pasando no era raro, que había gente a la que le había pasado lo mismo. Necesitaba escuchar que iba a estar bien, que tenia que pedir ayuda rápido para que volviera a ser la persona de la que él se enamoró. "Yo te amo y vas a estar bien".
El día siguiente fue raro, no podía ir a trabajar porque nadie podía ver lo de mi brazo. La mejor solución que se nos ocurrió fue fingir, como habíamos hecho muchas veces antes, que tenia una infección urinaria. Tenía que ganar tiempo hasta que descifrara que tenía que hacer. El llamó a su trabajo y avisó que no iba a ir, inventando una enfermedad estomacal inexistente. Revisó mi brazo para ver si cicatrizó bien y me dijo que teníamos que ir a dar una vuelta porque tanto encierro hace mal.
Dimos un par de vueltas por Belgrano como hacíamos siempre, la heladería, Dragón Porteño, puchos y Pepsi del kiosco. "Tenemos que hablar con alguien de lo que pasó" me dijo, y a mi se me puso la piel de gallina. Yo no quería hablar con nadie, no encontraba la forma de expresar que era lo que pasaba por mi cabeza, simplemente porque yo no lo podía entender. Caminamos un rato hacia ninguna parte en realidad. Y llegamos a donde teníamos que ir, al consultorio de la psiquiatra de su mamá. "Ella necesita ayuda".
La mujer me miró de arriba abajo y me dijo "Sentate y contame que pasó". Yo balbucee algo sobre que no me sentía yo y que me quería morir porque me sentía sola rodeada de gente. "Necesito ayuda, no puedo con mi cabeza, es como que no lo puedo controlar". No me acuerdo otras cosas que dije, ni cuanto tiempo estuve ahí, solo recuerdo que me sentí libre al hablar, me saqué millones de cosas de adentro pero si trato ahora de ver que cosas eran, no lo sé. Solo sé que me sentí libre al fin. Le conté todas mis miserias y mis traumas a alguien que no me conocía, que no me juzgaba y que no le importaba.
Salimos de ahí sin rumbo, sin saber que hacer, caminando hacia ningún lado y sin hablar entre nosotros. A mitad de camino le dije "Me van a internar un tiempo, no?" sabiendo desde un principio la respuesta. "Si, pero es por tu bien, es por nuestro futuro mi amor".
Llamé a mi casa avisando que necesitaba hablar con ellos personalmente. Juntar a mis viejos en un lugar para contarles lo que pasó era un paso necesario para estar bien. Mi vieja estaba volviendo de la costa y mi viejo laburando como siempre, tenia que esperar para contarles. Llegaron a la noche, pasadas las 8. Max y yo estábamos sentados en el living, hablando. Mi mamá entró y se sentó en el sillón mientras que mi viejo se sentó en una silla de la mesa. Yo no podía hablar, quería que las palabras salieran lo mas rápido de mi boca para liberarme. Max me miró y al ver que nada salía de mi boca dijo "Ella no esta bien, tuvo una crisis y la psiquiatra y yo pensamos que lo mejor es que se interne por un par de días". La reacción familiar no se hizo esperar, que quien era él para meterse, que esto no podía pasar de nuevo, que es tu culpa porque no la quisiste internar antes. El mismo infierno una y otra vez. Alguien tenía que tomar el control de la situación. Nunca pensé que iba a ser yo. "Yo me quiero internar y necesito que alguno de los dos firme por mí. Necesito estar bien, quien quiere verme bien y quien quiere verme loca?". Lo administrativo se arregló tan fácil que parecía que el sistema esta armado para que te internen un tiempo como si fuera un spa. Lo laboral no fue tan fácil, si bien una licencia por enfermedad esta totalmente permitido, los rumores que hubieran seguido a eso no me ayudaban para nada. Renuncié y me liberé de una de las cosas que me hacían sentir fuera de mi.
Dejé que Max decidiera muchas cosas, él tenía mas experiencia al respecto. Mis viejos y yo no sabíamos que era lo que teníamos que saber en cuanto a internaciones, drogas, terapias y demás. Tres días después del incidente entraba de la mano de Max al lugar que seria mi casa por las próxima semanas. Tenia tanto miedo, no sabía que era lo que iba a pasar. Me iba a quedar sola por primera vez en mucho tiempo. La sensación de soledad ahora era una realidad. Sola. Nadie me conoce, nadie sabe quien soy.
Me dieron una habitación en la que estaba sola. Sentí la ironía a flor de piel, alguien que se corta el brazo porque se siente sola y tiene una habitación solo para ella. Acomodé mis cosas en el mueble, no había tele, ni libros, nada que distraiga a la mente de que estas ahí porque estas mal. El tiempo parecía no pasar, como si estuviera presa de mi mente. Me saqué la venda del brazo y me quedé mirando la cicatriz. Esto lo hice yo y no se porque. Trataba de alcanzar ese estado de mi mente que ya había visto en el consultorio de la psiquiatra, en donde ese lado oscuro al fin aparecía y me mostraba lo que necesitaba ver. Estaba como en un trance cuando una voz me despertó "Es hora de comer, vamos".
Los días pasaban lentamente la primer semana. Terapia individual por la mañana y grupal por la tarde. Comida tres veces por día y television solo un rato. A la prisión mental le sumé la del cuerpo. Sentía que todo lo que hacia me estaba haciendo peor, necesitaba una luz entre tanta oscuridad. Y la luz llegó en el momento que menos lo esperaba. Mi hermana vino de visita.
sábado, 3 de diciembre de 2011
30 dias
Pasó un tiempo ya, pero seguís estando acá. Te sigo sintiendo al lado mio como el primer día. Te sigo imaginando abrazándome, diciéndome que todo esta bien y que me vuelva a dormir, que es solo un sueño.
El problema está en el despertar, porque no es un sueño. Porque despierto y no estás. Mi imaginación me juega una mala pasada haciéndome creer que seguís estando en mi vida como antes, que voy a volver a verte sonreírme.
Bajar las escaleras corriendo y frenar dos escalones antes, revisar la ropa, el peinado y la sonrisa para que me veas llegar. Mirarte mientras nos separa una puerta y pensar en un mundo rosa y lindo.
Y bajar corriendo y no estás. Y el mundo rosa desaparece y se vuelve gris. La realidad golpea duro y me doy cuenta que no estás. Controlo mis impulsos, restrinjo mis instintos y no hago lo que normalmente haría.
Tu sonrisa ya no ilumina mis días, tus abrazos ya no calman mis nervios y tus besos no me dan buenos sueños. Todo es distinto ahora. Todo es gris, aburrido y monótono.
La tristeza y la angustia de los primeros días desaparece, pero queda un vacio que no se llena con nada. Se quiebran todos los argumentos, se desvanecen las razones y solo quedo yo.
Y yo te extraño, te necesito, te quiero.
domingo, 13 de noviembre de 2011
Salvaje y Diablita
Despues de dos años de "estar" se terminó.
Fueron dos años muy buenos y muy malos a la vez. Mi corazón decía una cosa y mi cabeza todo lo contrario. Sabia que no tenía que enamorarme y estoy un 70% segura de que no me enamoré. Pero lo extraño. Y mucho.
Extraño la forma en la que me hacía reir, la forma en la que me hacía compañia, la sutileza con la que cumplía todos mis caprichos. Extraño su aroma en mi almohada, sus besos en mi frente, sus abrazos y por sobre todas las cosas, su voz. Extraño hablar con él, discutir de politica o religion, hablar horas y horas de cosas sin sentido. Extraño al amigo que tenía y que ahora no está. Quizás en un tiempo el destino nos cruce y podamos sentarnos a charlar como antes, no lo sé, por ahora solo sé que duele.
El no me quiere y yo ya resigné años de mi vida tratando de hacer que me quieran, armando personajes que no soy yo para conformar a los demás y asi no estar sola. Pero esta vez es distinto, esta vez decidí yo que ya había sido suficiente, que no hay más personajes, solo yo. Yo quiero ser yo, yo quiero que me quieran por lo que soy y no tener que fingir más, no ser alguien más.
Me encuentro en un lugar raro, medio nuevo para mí. Es la primera vez en mi vida en que me rompí el corazón solita, porque era lo que tenía que hacer. Si yo no quiero fingir ser alguien más solo para hacer feliz a otro no puedo exigir que alguien haga eso por mí. Y yo no quiero que cambie porque lo quiero exactamente como es, pero lo necesito lejos, muy lejos mio.
Si fueramos solo amigos las cosas serían distintas, porque el tiene razón en todo lo que dice. El problema es ese, que no lo somos y que no se puede exigir algo que no se tiene, que nunca se tuvo. No podés exigirle a alguien que te de su corazón si no te lo quiere dar y tampoco podés esperar toda la vida que eso pase. El 99% de las veces ese corazón no es para vos, es para alguien más. Vos sos simplemente un reemplazo, un entretenimiento, lo que ese corazón necesita para curar sus heridas anteriores y una vez que lo hizo se va.
Yo no voy a mentir y decir que no me hubiera gustado tener un final feliz en donde él se de cuenta que ese corazoncito si es mio, pero la verdad es que las peliculas romanticas son solo peliculas. Yo ya tuve mi amor torrentoso y de pelicula y las cosas terminaron tan mal que es mejor que no sea de pelicula y sea real, que duela y que haya que luchar por sostenerlo todos los dias. Que sea cosa de dos y no mia sola.
Igual lo extraño, siento que mi mundo se rompìó. Esta vez no tuve dramas, esta vez no hubo gritos ni golpes ni escándalos. Esta vez solo duele mas que las anteriores, esta vez es real, pensada y racional. Esta vez no puedo dar vuelta atrás.
Por más que te extrañe, Nico, te dejo ir, para que los dos podamos ser felices. Para que los dos podamos encontrar lo que estamos buscando.
Sos lo primero que pasa por mi cabeza a la mañana y lo ultimo a la noche, estas en mis sueños. Te quiero y te extraño un montón. Espero que seas muy feliz.
MaY
Fueron dos años muy buenos y muy malos a la vez. Mi corazón decía una cosa y mi cabeza todo lo contrario. Sabia que no tenía que enamorarme y estoy un 70% segura de que no me enamoré. Pero lo extraño. Y mucho.
Extraño la forma en la que me hacía reir, la forma en la que me hacía compañia, la sutileza con la que cumplía todos mis caprichos. Extraño su aroma en mi almohada, sus besos en mi frente, sus abrazos y por sobre todas las cosas, su voz. Extraño hablar con él, discutir de politica o religion, hablar horas y horas de cosas sin sentido. Extraño al amigo que tenía y que ahora no está. Quizás en un tiempo el destino nos cruce y podamos sentarnos a charlar como antes, no lo sé, por ahora solo sé que duele.
El no me quiere y yo ya resigné años de mi vida tratando de hacer que me quieran, armando personajes que no soy yo para conformar a los demás y asi no estar sola. Pero esta vez es distinto, esta vez decidí yo que ya había sido suficiente, que no hay más personajes, solo yo. Yo quiero ser yo, yo quiero que me quieran por lo que soy y no tener que fingir más, no ser alguien más.
Me encuentro en un lugar raro, medio nuevo para mí. Es la primera vez en mi vida en que me rompí el corazón solita, porque era lo que tenía que hacer. Si yo no quiero fingir ser alguien más solo para hacer feliz a otro no puedo exigir que alguien haga eso por mí. Y yo no quiero que cambie porque lo quiero exactamente como es, pero lo necesito lejos, muy lejos mio.
Si fueramos solo amigos las cosas serían distintas, porque el tiene razón en todo lo que dice. El problema es ese, que no lo somos y que no se puede exigir algo que no se tiene, que nunca se tuvo. No podés exigirle a alguien que te de su corazón si no te lo quiere dar y tampoco podés esperar toda la vida que eso pase. El 99% de las veces ese corazón no es para vos, es para alguien más. Vos sos simplemente un reemplazo, un entretenimiento, lo que ese corazón necesita para curar sus heridas anteriores y una vez que lo hizo se va.
Yo no voy a mentir y decir que no me hubiera gustado tener un final feliz en donde él se de cuenta que ese corazoncito si es mio, pero la verdad es que las peliculas romanticas son solo peliculas. Yo ya tuve mi amor torrentoso y de pelicula y las cosas terminaron tan mal que es mejor que no sea de pelicula y sea real, que duela y que haya que luchar por sostenerlo todos los dias. Que sea cosa de dos y no mia sola.
Igual lo extraño, siento que mi mundo se rompìó. Esta vez no tuve dramas, esta vez no hubo gritos ni golpes ni escándalos. Esta vez solo duele mas que las anteriores, esta vez es real, pensada y racional. Esta vez no puedo dar vuelta atrás.
Por más que te extrañe, Nico, te dejo ir, para que los dos podamos ser felices. Para que los dos podamos encontrar lo que estamos buscando.
Sos lo primero que pasa por mi cabeza a la mañana y lo ultimo a la noche, estas en mis sueños. Te quiero y te extraño un montón. Espero que seas muy feliz.
MaY
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